El pasado fin de semana Egipto vivió una mudanza y la aprovechó para comunicarle al mundo su relevancia histórica a través de una poderosa herramienta de comunicación: la organización de eventos. Sí, una mudanza. Y es que al fin y al cabo el “Desfile dorado de los faraones” (tal y como lo llamaron) no dejó de ser una cosa diferente a eso: un traslado de enseres de un lugar a otro.
Claro que no se trataba de cualquier objeto. Se trataba ni más ni menos que de trasladar a 22 momias desde el Museo Egipcio de El Cairo al nuevo Museo Nacional de la Civilización Egipcia ubicado en el barrio de Al Fustat.
18 reyes y 4 reinas, algunos tan famosos como Ramses II,, Amenhotep II, Hatshepsut o Nefertiti, que fueron escoltados por un impresionante despliegue de producción, clase y belleza conjugados para trasladar al mundo, a través de la organización de eventos, que Egipto sigue siendo uno de los países maestros del ceremonial, algo que aprendieron bien precisamente de su época faraónica.
Vehículo que transporta los restos de Amenhotep II (Mohamed Hossam / EFE)
El acto comenzó con una visita institucional de las más relevantes personalidades del país, comandados por el propio presidente Abdelfatah El-Sisi, a las instalaciones del nuevo Museo.
Una vez terminada la misma, dio comienzo el propio evento con un concierto a cargo de artistas del país y comenzó el traslado de los faraones.
La avenida delante del Museo Egipcio se engalanó como lo habría hecho en tiempos de la civilización faraónica para asombrar al mundo y vio discurrir por ella un desfile ceremonial, tras lo cual los carros dorados conteniendo a los sarcófagos salieron del recinto.
El Desfile Dorado (KHALED ELFIQI / EFE)
Los carros dorados con los sarcófagos (KHALED ELFIQI / EFE)
A la salida de la mítica Plaza Taharir les recibió una escolta oficial de motoristas, todos por supuesto vestidos de gran gala, mientras podíamos ver intercaladas imágenes de bailarines danzando en los yacimientos donde descansaron durante milenios las citadas momias como El valle de los reyes o las pirámides de Guiza.
Al llegar a su nueva ubicación fueron recibidos, como no podía ser de otra manera, por el actual Jefe de Estado egipcio y al son de los cañonazos protocolarios correspondientes como honores militares.
Fue un auténtico despliegue del poder que tiene la organización de eventos como herramienta comunicativa y de creatividad al servicio de un objetivo muy claro: anunciar al mundo la apertura de este nuevo museo.
Vista general del Desfile Dorado en El Cairo I (KHALED ELFIQI / EFE)
Y Egipto consiguió no sólo hacer marca país a través del mismo… consiguió hacer
Marca Civilización.
Disfruta del desfile completo aquí: